La muerte de Beltrán Leyva en Méjico detonó el esclarecimiento del triple crimen. Cruje la acumulación de poder de Aníbal Fernández.
Por Guillermo Cherashny
El sábado pasado la infantería de marina mejicana liquidó a Arturo Beltrán Leyva, "el jefe de jefes”, el número 2 del Cartel de Sinaloa que lidera el Chapo Guzmán, ubicado entre los más ricos del mundo en la revista Forbes.
Coincidentemente, el fiscal de Campana, Juan Bidone, después de una investigación profunda de seis meses, pidió las detenciones de los hermanos Lanatta y Schillaci.
Evidentemente existe una relación entre el triple crimen de Quilmes-Gral. Rodríguez, el doble crimen de los colombianos en el Unicenter y el triple crimen de Gonet, donde asesinaron a tres policías bonaerenses, todos ellos vinculados a la exportación ilegal de efedrina hacia Méjico vía el Cartel de Sinaloa, que instaló una cocina en Maschwitz donde se convertía la efedrina en pastillas de éxtasis.
Ahí se descubrió que droguerías locales importaban 10 veces la cantidad de efedrina que se necesitaba para los antialérgicos desde la India, donde tiene la planta que fabrica la efedrina el laboratorio Elea del Dr. Hugo Sigman.
Este médico argentino es a la vez un conocido testaferro de los hermanos Raúl y Fidel Castro.
Se afirma entonces la hipótesis de que los mejicanos liquidaron a los colombianos a través de mano de obra argentina con una vinculación clara con el kirchnerato, ya que aportaron un tercio de los fondos de campaña presidencial de octubre del 2007.
En la misma fue electa CFK, mediante un robo masivo de boletas opositoras. A partir de entonces se abrió el paso a la entrada a los carteles del narcotráfico mexicano y así lo detectó el Departamento de Estado de los Estados Unidos, que habría favorecido el descubrimiento del caso de la valija de Antonini Wilson.
Esos 800.000 dólares eran apenas una parte de los decenas de millones que habrían circulado del mismo modo para alimentar la campaña presidencial del 2007.
Pero estos avisos de la DEA y el FBI no se entendieron acá y se siguieron abriendo las puertas al narcotráfico venezolano y mejicano para transformar a nuestro país en fabricante de drogas sintéticas, es decir, éxtasis, a gran escala. Situación que desencadenó la serie de asesinatos antes citados.
TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN A QUILMES
Así reza el pedido de juicio político de la Coalición Cívica al Jefe de Gabinete Aníbal Fernández, que declaró rápidamente que no conoce a Martín Lanatta.
Éste es considerado entregador de Sebastián Sforza y sus amigos y que maneja permisos de portación y tenencia de armas emitidos por el RENAR, cuyo jefe es Andrés Meiszner, hijo de Jorge Meiszner, Secretario General de la AFA e íntimo amigo de Aníbal F. Su hijo, el hombre del RENAR, es candidato de la agrupación Arturo Jaureche para la intendencia de Quilmes en el 2011.
Puede ser que el jefe de gabinete no conozca a Martín Lanatta, aunque algunos dicen que trabajó en el Ministerio de Trabajo bonaerense cuando aquél era su titular, en épocas de Ruckauf gobernador.
De todas formas, Lanatta era un hombre de la estrecha confianza de Andrés Meiszner, su hombre en el RENAR. Por lo cual, la responsabilidad política existe, ya que un hombre de confianza de su protegido está vinculado a los crímenes y los aportes a la campaña presidencial del 2007.
Así, se puede deducir que, cuando Arturo Valenzuela dijo días atrás que elogiaba la lucha contra el narcotráfico en la Argentina, en realidad, la estaba criticando.
A todo esto se le suma la inseguridad jurídica que se demuestra con el bloqueo de las huestes de Pablo Moyano a las plantas de la petrolera americana Esso.
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