domingo, 6 de diciembre de 2009

SE HA LLEGADO AL EXTREMO DE COMPARAR A SANTUCHO CON BELGRANO

No podemos tolerar que, aprovechándose del silencio de jueces y fiscales, se haya llegado al extremo, en octubre pasado1, de organizar en el monumento a la Bandera una muestra fotográfica pretendiendo equiparar la figura del Gral Manuel Belgrano, con la del líder del ERP Mario Roberto Santucho.

Es una ofensa a la memoria de uno de nuestros mayores héroes y al pueblo tucumano.

Nadie mejor que los tucumanos – dijo María Cristina Picón de Viola a través de su abogado – que vivieron la gesta de Belgrano y el horror de la guerrilla, para explicar la inmensa distancia moral que media entre el héroe de la batalla de Tucumán y creador de la insignia patria, y el terrorista.

Belgrano era un hombre de elevados valores morales, que con singular coraje enfrentó al ejército realista que lo doblaba en poderío y ganó la batalla, ofrendando su bastón de mando a la Virgen de la Merced.
Santucho mandaba a sus hombres a atacar por la espalda a una familia indefensa, convertidos – como lo quería Ernesto Guevara- en efectivas, violentas, selectivas y frías máquinas de matar.

¿Es que no hemos aprendido nada de tanto horror?, enfatizo el Dr. Javier Vigo Leguizamón al informar in voce en la audiencia convocada para tratar el recurso de apelación contra la sentencia del juez Bejas que negara considerar de lesa humanidad los crímenes de Humberto y María Cristina Viola asesinados por el ERP el 01 de Diciembre de 1974 en pleno gobierno constitucional.

¿Hasta tal punto ha llegado nuestra incapacidad para educar en el verdad; nuestra tendencia a quedarnos en la superficie del mal, en los niveles superficiales de la conciencia, causa central de nuestra incesante decadencia como país?

A la familia Viola se le ha brindado una apariencia de justicia, un simulacro de proceso, impidiéndole impulsarlo como querellante, y denegando la reapertura de la causa sin investigación previa alguna.

La verdad ha sido sumergida bajo presión despreciando los derechos humanos de María Cristina y María Fernanda Viola .

¿Cómo pueden decir que en l974 un ataque semejante no constituía crimen de lesa humanidad, si el articulo 3 de las Convenciones de Ginebra prohíbe desde l949 atacar o atentar contra los civiles inocentes en cualquier tipo de conflicto armado?.

Hiere la conciencia moral de la humanidad que se excluya de esta protección a sus hijas que tenían al momento de ser atacadas tres y cinco años.

¿Qué son ellas para Uds, señores Miembros del Tribunal?
¿Objetos sin valor a exterminar o seres con los mismos derechos humanos?-
preguntó, mientras describía la crueldad con que se cometió el atentado ante los gritos desesperados de su madre – entonces embarazada de cinco meses- y narraba la sádica mirada que uno de los atacantes cruzó con ella antes de rematar de un balazo a su marido.

¿Son idealistas los que dispararon ?
¿Acaso han construido un mundo mejor al llegar al poder?
¿Acaso han disminuido la pobreza y la indigencia?
¿Acaso han denunciado la corrupción que nos averguenza?
¿Para eso los mataron?

La cuestión de fondo que se debate en este juicio – dijo el letrado- es el rol de la autoridad. La justicia puede actuar como instrumento del crimen o como camino de reconciliación y verdad completa, si juzga a todos.

Concluyó rindiendo un sentido homenaje al Dr. Alberto Molinas, padre de cinco militantes montoneros muertos, que en los días finales de su vida convocó a todos a hacer un mea culpa, negándose a distinguir entre una violencia injusta y otra redentora.

Molinas fue muy claro al reconocer que el error más grave de militares, guerrilleros, políticos y educadores en la década del setenta fue olvidar el sagrado valor de la vida que vale por sí misma y no según lo que se piensa.

Molinas sabía que hay una hora inexorable en la vida en que deberemos rendir cuentas de nuestros actos, una hora en que, como advirtiera Jean Guitton a François Mitterand- cesaremos de justificarnos, dejaremos caer las máscaras.

A su turno, el Fiscal General Dr. Gómez se limitó a decir que no tenía nada que manifestar respecto a lo expuesto por la pretensa querellante, manteniendo un sugestivo silencio frente a las imputaciones de aquélla respecto a que los fiscales habían sido silenciados por la Procuración General de la Nación mediante la Resolución Nº 158 que les impide considerar de lesa humanidad los crímenes de la guerrilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario