Al poco tiempo destituyó a jueces que conformaban la Suprema Corte y posteriormente la conformó con otro grupo de jueces, a los cuales parte de la sociedad los considera independientes del poder de turno, lo cual debería ser lo natural.
La nueva Corte, pese a la apreciación en muchos medios como independiente, la consideramos adicta ideológicamente al poder kirchnerista.
La persecución a las Fuerzas Armadas se inició durante el gobierno presidido por el defensor de Santucho, actual héroe nacional.
La persecución a las Fuerzas Armadas se inició durante el gobierno presidido por el defensor de Santucho, actual héroe nacional.
Se condenó a los comandantes de las Fuerzas Armadas y se inició una persecución contra los miembros de las mismas, los que durante los años setenta combatieron y derrotaron militarmente a la subversión apátrida.
Gracias a la intervención de un grupo de militares patriotas, los "carapintadas", se logró suspender esta persecución y en el año 1987 se promulgaron dos leyes, la de punto final y la de obediencia debida, las que permitieron frenar esa persecución durante un largo período.
No obstante, con la llamada democracia se inició un lavado de cerebro al estilo gramsciano que denostó a los militares y victimizó a los terroristas.
En 1989, durante el gobierno menemista, se otorgó un indulto a los militares condenados por el alfonsinato, el que fue considerado válido por la Corte de esa época.
Con el advenimiento del kirchnerismo se reinició en forma contundente la persecución a las Fuerzas Armadas poniendo tras las rejas a los soldados que en los años 70 defendieron a la Patria de la agresión marxista, habiendo en la actualidad alrededor de 800 presos políticos entre militares y agentes de seguridad y han muerto en las cárceles por maltrato y abandono de personas alrededor de 80 presos políticos.
Los "jueces" que intervienen en sus causas son los principales responsables de esas muertes.
Durante el kirchnerato se acentuó la persecución a los miembros de las Fuerzas Armadas y de Fuerzas de Seguridad en el ámbito judicial.
En el Poder Legislativo, en el año 2003, fueron consideradas nulas las leyes de obediencia debida y de punto final y la Corte las declaró nulas por considerarlas anticonstitucionales.
La Corte avanzó también sobre el indulto otorgado en 1989 declarándolo inconstitucional el 14 de julio del 2007.
El constitucionalista Badeni, de gran prestigio, expresó sus dudas acerca del fallo dado pues la Corte anterior lo había considerado válido.
En la declaración de nulidad hubo cuatro miembros que votaron a favor, dos en contra y una abstención.
A favor votaron tres jueces nombrados por el kirchnerismo.
Aparte de todo esto, esta Corte sentó jurisprudencia acerca de que los delitos cometidos por el terrorismo setentista no eran crímenes de lesa humanidad, por lo cual los terroristas se vieron beneficiados por ello y perjudicados aquéllos que defendiendo a la Patria lucharon contra el terrorismo apátrida y los derrotaron con las armas.
Conviene aclarar que el Tribunal Penal Internacional declaró delitos de lesa humanidad tanto a los cometidos por el estado como por grupos privados.
Por lo tanto, la jurisprudencia sentada por la Corte kirchnerista está en contra de lo dictado internacionalmente.
A raíz de esto, incorrectamente desde el punto de vista jurídico, se están deteniendo y "juzgando" como delitos de lesa humanidad a cuanto militar y agente de seguridad participó en la guerra antisubversiva, ya hay alrededor de 800 presos políticos detenidos en mazmorras inmundas.
Lo notable de todo esto es la coincidencia entre la política kirchnerista y la de esta Corte y los "jueces" supuestamente independientes.
Consideramos que el gobierno, la Corte y los "jueces" son socios en cuanto a la persecución a los militares y en el beneficio que se le presta a los elementos subversivos apátridas.
Aparte, estos siniestros personajes han cobrado jugosas indemnizaciones.
Gracias a la jurisprudencia sentada por la Corte jueces sumisos y corruptos dedican su tiempo a perseguir militares que lucharon contra la subversión.
Con esta política la Corte y estos jueces se asocian con el kirchnerismo en la destrucción de las Fuerzas Armadas y, en consecuencia, con la agresión a la Patria.
Hay otro asunto que no creemos que no sea coincidencia con lo anterior.
Nos referimos a los distintos grupos piqueteros armados que hay en el país, como ser, los D’Elía, los Salas y otros más.
Coincidentemente con destruir a las Fuerzas Armadas se pretende reemplazar a las mismas con grupos paramilitares para tener fuerzas armadas ilegales que los respalden si lo consideraran necesario.
Piensan instaurar el marxismo con la ¿ley? o con la fuerza.
En el país hay una inseguridad monstruosa y el kirchnerismo mira para otro lado.
Es muy probable que el no combatir a la misma se deba a que la inseguridad, principal problema de la sociedad, sirva para ésta de distracción y que ella, debido a esa distracción, no perciba el avance permanente del proyecto marxista.
Antes de terminar aclaramos que hay cuatro jueces que, perseguidos por el kirchnerismo, se han comportado honorablemente: ellos son, el doctor Bisordi por no participar del plan de persecución a los militares; el doctor Vocos Conesa por haberle prestado honores al coronel Seneildín con motivo de su fallecimiento; la doctora Sarmiento por haber frenado dos decretos de necesidad y urgencia firmados por la residente de Olivos; la doctora Alsina que frenó el casamiento de dos maricas.
Los dos primeros jueces renunciaron para evitar ser destituidos por el Consejo de la Magistratura, que es una delegación del Poder Ejecutivo en la justicia.
A la doctora Sarmiento se la ha denunciado penalmente y contra la doctora Alsina no se ha tomado hasta ahora ninguna medida.
Frente a la situación planteada nos preguntamos cuál será el futuro de nuestra Patria.
No sabemos claramente si los Kirchner son los que comandan este proyecto de transformar la Patria en un estado marxista o si son mandaderos de agentes internacionales marxistas que pretenden destruir nuestra Patria y, en este caso, como moneda de cambio los Kirchner deben cumplir con las órdenes y llenarse ellos y sus socios sus bolsillos nauseabundos.
En ambos casos la Patria está en peligro de muerte.
La llamada oposición, frente a este problema, mira para otro lado y demuestra que solamente le preocupa ganar las elecciones en el 2011, si es que llegamos, mientras la sociedad duerme la siesta.
Nosotros nos preguntamos ¿y ahora qué?
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