viernes, 10 de diciembre de 2010

LA DECEPCIÓN DE UN ARGENTINO

En estos momentos estoy escribiendo con indignación total.

¿En qué ciudad estamos viviendo, manejada por los medios con inclinaciones evidentes de ultraizquierda, que aceptan los cortes, ocupaciones, usurpaciones, como algo normal y en defensa de la vivienda digna, y denostan todo el accionar de las fuerzas del orden que cumplimentan directivas judiciales empleando la fuerza que le hemos otorgado por ley para que defiendan nuestros derechos?

Y tenemos “funcionarios” de la misma ideología, que por razones electorales, relevan a los policías que actuaron acorde a la ley, pero por las dudas los mandamos al escarnio periodístico, para callar a Página 12, a los Ibarra, Vilma y Aníbal, a Filmus, a Pino Solanas, y a todo aquel que hable contra el orden y la justicia, y fundamentalmente el juez Gallardo, que sería interesante que se presentara como candidato en las próximas elecciones por el Partido Obrero, al cual pertenece ideológicamente, y se dejara de trabar el funcionamiento del gobierno elegido en la Ciudad con fallos que violentan la ley y el orden.

Encima de todos los males, aparece en el espectro de la violencia, el bichito que faltaba, la hija de Moyano, de 32 años de edad, que estudia derecho y trabaja en el registro civil dependiente del Ministerio del Interior, con licencia y cobrando su sueldo, que ahora es presidente de la “Confederación de Protección de los Derechos Humanos de los Trabajadores”, y que le permite efectuar cortes en la Panamericana, en defensa del despido de tres (3) obreros de una “empresa norteamericana” que actúa en nuestro país, y que debería pasar a manos de los operarios.

Hasta aquí el reclamo, que duró cinco horas y estuvieron los 20 delincuentes protegidos por la Gendarmería Nacional, para que los ciudadanos no ejercieran violencia sobre “los manifestantes”.

Y esto que comento sólo sucedió en el plazo de 48 horas en el país, entonces debemos preguntarnos qué tipo de vida queremos, si es ésta donde no hay ley, no hay orden y no hay justicia, o queremos que el país vuelva a la normalidad relativa, hasta cuando toleraremos la subversión de los valores morales y de vida que nuestros ancestros nos legaron.

Si los bolivianos, paraguayos y de otras nacionalidades quieren vivir con sus religiones, modismos, y atribuciones ilegales, que se vuelvan a sus países originales, y “disfruten y gocen” de las libertades que les niegan, pero que no quieran cambiarnos nuestra manera de vivir, con lugares como “La Salada”, la villa 31 o la 11-14 o la 20, ya que en estos lugares, hasta tienen actos electorales, para elegir sus representantes, y hasta emisoras de radio y televisión propias; que queremos tener favelas como las de Rio y después cuando no sepamos qué hacer tendremos que entrar a sangre y fuego para normalizar la vida de la gente decente que vive en esos lugares…

La verdad, los porteños y los argentinos estamos cansados, y sépase que el coronel del ejército boliviano ingresó nuevamente en el país, para ocupar 40 hectáreas y sembrar maní con sus soldados, y nuestras fuerzas fronterizas están cuidando el tránsito y a los piqueteros en la Panamericana…

Esto es demostrativo que las funciones están en la gran joda nacional.

¡Viva la delincuencia, la falopa y el escabio, como diría el “Gran Aníbal”!

Gracias y hasta la próxima decepción.

Félix Tailleffer

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