jueves, 10 de marzo de 2011

LA IGLESIA NO ENCARCELA A NADIE


Con respecto al caso del ex sacerdote Nicolás Alessio, quisiera expresar que por un lado claramente ha violado las enseñanzas de la Iglesia Católica porque las Encíclicas Vaticanas expresan sin lugar a dudas que los católicos debemos oponernos al reconocimiento legal de las uniones homosexuales y nos llama a defender el matrimonio civil y religioso como unión de un hombre y una mujer.

Más allá de eso, no se puede obviar que este señor no sólo expresó una opinión favorable sobre el tema en cuestión, sino que también hizo proselitismo político al ser partícipe e incluso promotor de manifestaciones callejeras a favor del matrimonio igualitarista, además de expresar blasfemias e serias injurias contra la iglesia católica.

Solicito, como muchos de los que leemos este periódico informativo, que sigamos sosteniendo la fe católica sin desviarnos en cuestiones básicas que hacen a todo creyente.

El matrimonio, el aborto y el derecho de los padres a educar a sus hijos son temas que NO ADMITEN discusión alguna en los católicos.

Esto no lo digo yo, sino el propio Papa Benedicto XVI quién expresa que tales temas son principios NO NEGOCIABLES de cualquier católico.

Coincido con la opinión expresada en el artículo sobre que el Sr. Alessio no se ha pronunciado sobre el matrimonio religioso.

Pero a su vez no podemos descartar que este mismo ex-sacerdote esté a favor de casar dos personas de igual sexo frente a un altar por el sólo hecho de que no lo haya dicho.

Es más, muchos intuyen por analogía de sus expresiones que sí estaría a favor.

No podemos sacar conclusiones sobre algo que no se ha expresado, porque sería como concluir que no hay vida en otros planetas porque nunca nadie ha visto un extraterrestre.

Finalmente, el Sr. Alessio tiene todo el derecho a pensar lo que quiera, pero es un hecho completamente irresponsable opinar contra las propias enseñanzas de la Iglesia Católica siendo él en ese momento párroco, porque en ningún momento se lo obligó a pertenecer a tal institución, sino que fue una elección suya y con ello él debe ajustarse a las doctrinas y no al revés como Alessio pretende.

La Iglesia NO CONDENA a nadie, pues sus puertas están abiertas y cada uno tiene el derecho de si no concuerda con las bases doctrinales elementales, irse por la puerta grande

¿Puede un empleado que decidió entrar a trabajar a una empresa comenzar a espetar blasfemias, injurias y calumnias contra la misma y pretender que no lo echen?

Todos coincidimos que si es despedido, la empresa ha hecho una elección correcta y además no se trata de un hecho de limitar la libertad de expresión, sino tan sólo PONER ORDEN.

Sin más, saluda a ustedes cordialmente,

Sergio Ciotti

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