viernes, 23 de julio de 2010

LEY DE MATRIMONIO IGUALITARIO

Dr. Luis Juez
Senador Nacional
Presente
Estimado compatriota:


He lamentado mucho que sus intereses políticos que lo acercan al kirchnerismo, lo hayan llevado a participar de este pacto que la inmediatez y la estrategia lo han encerrado a tomar una decisión pensando exclusivamente en su futuro político.

Mi obligación como católico será ubicarme por encima de todo y estar en contra de la ley del matrimonio igualitario, y como argentino será luchar por la derogación, enfrentando los poderes terrenales con el apoyo de quién está sobre todo nombre y cuyos derechos han sido mancillados por quienes dicen ser los representantes de la Nación Argentina.

La medida adoptada por 33 senadores de la Nación, han sido con la aprobación de esta ley inicua, un duro revés a su carrera política y a la que quienes tomaron idéntica posición y por el contrario han servido a quienes nos oponíamos, a fortalecer la resistencia.

De la misma manera que cuando se impuso la 125 hace dos años el campo, reaccionó y logró hacerse oír ante la ciudadanía.

La Iglesia Católica necesitaba este desafío y este verdadero ataque para alinear sus fuerzas y prepararse a librar este buen combate al servicio de Dios y de la Patria.

Sabemos que se ha mantenido una línea dialoguista con el oficialismo que muchos de nosotros consideramos obscena, pero afortunadamente los malos frutos ya conocidos han logrado unificar los modos de acción, saber claramente quién es el enemigo de la Iglesia y determinar cuál es el objetivo que debemos lograr, que es nada más y nada menos que lograr la reconquista de la Argentina en manos de la masonería internacional y de sus lacayos que han querido restablecer un orden laico anti católico que conspira contra Dios, la Patria y la Familia.

Sabemos esperar, la Iglesia tiene dos mil años de lucha, y nuestra Fe proveniente del Apóstol Santiago que la llevó a España, nos viene de nuestras más de diez generaciones en este país.

Si España necesito 400 años para recuperar el territorio del poder islámico, nosotros estamos preparados para ser perseguidos y seguir luchando por los que Ud. contribuyó a destruir en una injusta, manipulada y indigna sesión, que los católicos no solo no olvidaremos, sino que quedará impresa en las páginas de la historia como un acto de barbarie, como fue el incendio y profanación de las iglesias católicas de Buenos Aires, el 16 de junio de 1955, víctima de la masonería apátrida.

Sólo deseo que antes del juicio final que a todos nos aguarda, pueda Ud. arrepentirse por haber votado en contra de Dios y de la Patria y salvar así su alma de la condenación eterna.

Siempre está a tiempo de arrepentirse y la misericordia de Dios es infinita con los que se arrepienten y estoy seguro que ello va a ocurrir, porque sé que usted no está conforme con su actitud.

No sé si hiriendo a la Santísima Virgen que salvó a su hija y el recuerdo ese Santo Rosario Celeste que miles argentinos fuimos testigos de su conmovedor gesto a través de la pantalla de la televisión.

Sea coherente y actúe según la Verdad revelada por Jesús y no chicaneando jurídicamente con leyes hechas por los hombres a medida del régimen K y no acordes con los Derechos de Dios.

Lo saluda en Cristo y en María,


Eduardo Palacios Molina
DNI 4827991

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