Esta palabra proviene del latín tergiversare.
Uno podría pensar que tiene que ver con "terco" y "versar", pero no es así.
Tergiversare esta compuesta de tergum (espalda) y vertere (dar vuelta), es decir "dar vuelta la espalda" o "de espaldas" al sentido o dirección.
"Estuve presa un mes durante el gobierno de Isabel Perón, en Río Gallegos, junto con Néstor Kirchner y con otro compañero que había sido el testigo de nuestro casamiento". Cristina Elisabeth Fernández Wilhelm de Kirchner. Soñadora.
Abducida. Humorista Nacional.
Sábado 13 de febrero de 2010. TV Pública.
Ya estamos acostumbrados a los dislates, mentiras y teatralizaciones de Cristina Kirchner que haciendo gala ante las cámaras de su gran sapiencia, ahora agregó su rebuscada interpretación personal a un término del que ella no hace buen culto tergiversando el idioma y afectada por el síndrome del payador perseguido salió a hablar de bueyes perdidos.
Corrigiendo una nueva Cristinada
Con el gastado recurso de victimizarse luego que la Corte Suprema salió a responder las duras críticas que vienen realizando a la presidenta Cristina Kirchner y dirigentes del oficialismo en contra de la Justicia, sobre todo a partir de los fallos adversos de distintos magistrados contra el uso de reservas del Banco Central para el pago de la deuda externa.
Eso produjo la crispación de la presidenta, aunque la sutileza de la respuesta de los jueces hizo que la mandataria no fuera mencionada sino elípticamente, el pedido de "mesura y equilibrio" en dichos de "quienes tienen responsabilidades de Gobierno" sonó dirigido a su figura.
En un comunicado firmado por seis de los siete jueces del máximo Tribunal -el único que no lo rubricó fue Enrique Petracchi-, la Corte resaltó que siempre promovió el debate público "acerca de las decisiones de los jueces" pero, también, que "el límite" de las críticas "es la razonabilidad y el respeto a la independencia judicial".
El comunicado prosigue: "Por esa razón, exhortamos a quienes tienen responsabilidad de gobierno a expresarse con mesura y equilibrio" y agrega:
"Respetar la magistratura es la mejor manera de dar tranquilidad a los ciudadanos, de asegurar que sus derechos serán protegidos y (de mostrar) que estamos en un estado gobernado por leyes que se aplican a todos por igual".
La respuesta se discutió en la reunión plenaria de ayer a mediodía.
Todos los jueces se mostraron molestos por las críticas, aunque algunos propusieron ponerse "por encima" del conflicto.
Pero a las 17 salió con la firma Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco, Carmen Argibay, Carlos Fayt, Juan Carlos Maqueda y Raúl Zaffaroni.
Como contrapartida la respuesta llegó con una sucesión de frases descalificatorias de la Presidente y su esposo, Néstor Kirchner, a la Justicia: "Jueces delivery", "alquilados", "excarcelaciones con precios tabulados", "Partido judicial" fueron las más cuestionadas.
Pero Cristina mezcla todos los tantos y como mesura, que es de lo que carece, le suena a censura, la mete teatralizando como si estuviera afectada del síndrome de Ana Frank.
Es posible que durante los años del proceso militar haya vivido dentro de un ropero luego que salieron disparados de La Plata a refugiarse a Río Gallegos detrás de los pantalones del abuelito usurero.
Pero no les fue nada mal, como lo atestigua la foto de Néstor Kirchner y Varizat al lado del interventor militar Gral Oscar Guerrero.
Pero para que se informe la Señora Kirchner, mesura proviene de la palabra griega metron que también significa moderación, medida.
Hablar con mesura es la traducción exacta de una expresión griega.
Hay otras expresiones griegas como comportamiento con mesura, beber con mesura, (no exagerar) etc. y por supuesto el refrán griego pan métron áriston que significa “cada moderación es perfecta”, lo que es imposible pedirle a los Kirchner, fieles imitadores del matrimonio Ceausescu de Rumania.
La Sra Kirchner desconoce que mesura es un sustantivo femenino.
f. Gravedad, compostura: ej: “la mesura de su rostro inspira respeto”.
Significa gravedad, seriedad, compostura, reverencia, consideración, cortesía, moderación, comedimiento, prudencia, circunspección, discreción, medida.
Moderación, corrección y cortesía: "habla con mesura y no ofenderás a nadie".
Lo dice el Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe.
Pero Cristina sale a pontificar que para ella "Mesura tiene mucho sonido a censura" luego de que Carlos Fayt asegurara que la presidenta dice "tonterías" y del comunicado de la Corte que les recomienda "mesura y equilibrio" de "quienes tienen responsabilidades de Gobierno".
Nada tiene que ver con lo que al parecer de Cristina Kirchner considerara "poco feliz" dicho comunicado y afirmó: "Durante tanto tiempo hemos estado censurados y por pensar distinto pasaban cosas muy feas".
Cristina escucha sonidos que nada tienen que ver con lo que le recomendaron por su investidura.
El diccionario de la Real Academia Española, que en sus definiciones no contempla la sonoridad del lenguaje, restringe al máximo el espacio para las dudas.
Las primeras cuatro acepciones de censura, además de la eclesiástica, son la que le dieron los romanos y la que se usa en psicología, son: "Dictamen y juicio que se hace o da acerca de una obra o escrito"; "Nota, corrección o reprobación de algo"; "Murmuración, detracción" e "Intervención que ejerce el censor gubernativo".
La palabra mesura aparece en el diccionario junto con "templanza" y "medida" como sinónimos.
Las definiciones, en ese caso, son tres: "Moderación, comedimiento"; "Gravedad y compostura en la actitud y el semblante" y "Reverencia, cortesía, demostración exterior de sumisión y respeto".
La distancia entre los términos es enorme.
Ahondar en sus diferencias resultaría estéril y más para la presidenta.
Con esto hemos comprobado una vez más que la prosa contestataria de la Señora es inferior a la de Nené Cascallar:
que ignora el buen castellano y hasta la sobrepasa en cursilería, dramatizando como si hubiera sido perseguida alguna vez por alguien.
Pero para que no desespere ni se crispe Cristina Kirchner, en otros lares también hay émulos suyos que meten la pata ostensiblemente como el caso de Carmen Calvo, la Ministra de “Cultura” del espantoso gobierno de Zapatero, que decía sin ruborizarse:
“El español está lleno de anglicanismos” (sic).
El hecho que los españoles sean los padres del idioma castellano no significa que sus habitantes hagan buen uso de él.
Esta mujer especializada en el área de Cultura podría haber zafado usando el término “barbarismos” para referirse a palabras extranjeras que no existen en nuestro idioma sino tiene claro que “anglicismos” se refiere a otra cosa y no a ninguna fe religiosa.
Sin embargo para que se consuele Cristina Kirchner le hacemos conocer que la Dra. Nilda Garré, envidiada por la presidenta por su pasado montonero allá “piu lontano” (barbarismo conocido como “italianismo”) se presta como nadie al uso de la partícula privativa “in”.
En efecto es: inepta, incompetente, inútil, insolvente, inservible, inconsciente, inoperante, inverecunda, insuficiente, insustancial, innecesaria, inhábil, insufrible, intolerable, insensata, incoherente, inconcebible, ininteligible, incoherente.
Pero la Ministra de Defensa no tiene la culpa de estos defectos y vicios.
La culpa la tienen las uvas, que bien tratadas producen: Cabernet, Malbec, Merlot, Bonarda, Syrah, Tannat, Chablis, Chardonnay, Pinot Noir, Sauvignon, Torrontés, Viogner, Semillón, más los cortes respectivos.
Nilda Garré hace rato ya que no cree en Dios, sino en Baco.
Sus amigos, conocidos y sumilleres y mozos de lujosos restaurantes dan fe de que es una creyente ejemplar y que “comulga” todos los días para aplacar su insaciable sed.
Por eso creemos que ese argumento rebuscado de Cristina es trucho, si tenemos en cuenta que nuestros compatriotas uruguayos introdujeron ese término que se popularizó posteriormente.
Trucho/a significa Falso/a, que no es original.
Ejemplo: "me compre un disco trucho en la feria”.
O “esta pulsera es re trucha, auque parezca de oro."
Como verá Cristina Kirchner y aquel que le reporte este artículo, que me siento agradecido a la educación que me dieron los curas Salesianos, quienes me enseñaron a conocer nuestro idioma.
No le digo que yo también fui perseguido para no provocar envidias en tan importante funcionaria que ocupa el más alto cargo en la República Argentina.
Pero quien nos dice que como tantas sorpresas nos da la vida, quizás algún día aparezca escondido entre tanto látex, el título de “Abogada”.
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