RENGLONES AL MARGEN:
Hoy el análisis de estos renglones está al borde de un colapso lógico.
Primero, porque ignoro qué república real tenemos los argentinos, si es que tenemos una.
Segundo que nadie sabe quién es quién en este gobierno del Averno, debido a que cuatro de los más influyentes personajes opinan absolutamente distinto de lo que es la inflación en esta argentina de historieta.
Porque, habida cuenta de la “calidad” de estos “funcionarios”, es ya demencial sólo tratar de entenderlos.
Si analizan así la situación económica ya dejamos el horno, estamos servidos en bandeja para que nos deglutan a “piacere”.
Mercedes Marcó del Pont, Presidente del Banco Central, opina lo contario de Aníbal Fernández, Amado Boudou y Florencio Randazzo.
Estos cuatro, en realidad, se explayan a contrapelo contra ellos mismos.
Los cuatro opinan de diferente manera.
Boudou declama que la inflación afecta solamente a la clase media y alta.
Perdón!!??
¿La clase pobre o baja no come?...
¿No existe?...
A los indigentes,
¿Boudou ya los borró del mapa?
Alguien una vez me dijo que el ser ignorante es normal, porque hasta el hombre más sabio, aun todos los premios Nobel, son ignorantes de alguna cosa o en algún aspecto.
Pero el ser bruto es una propiedad individual, uno elige ser bruto o no.
Pero cuando uno es químicamente imbécil, la cosa se agrava.
Y si ese individuo químicamente imbécil posee un título y poder, la situación queda casi fuera de todo control.
Así estamos en este negro día 12 de noviembre, políticamente hablando, en el plano nacional e internacional.
Moyano tomando empresas, la “A.T.E.” cortando la Avenida Callao, frente a la Casa de la Provincia de Buenos Aires, cortan los estudiantes las calles que se les antoja, paran los maestros, el Congreso no sanciona el presupuesto y hasta ahora, salvo algún cambio, carecemos del mismo; la oposición está enfrentada de una manera soez entre sí, porque se descubrió que hay “Judas” también entre los “opositores”.
Los teléfonos chupados por la SIDE y no dan por sentado que hay gente mucho más inteligente y más viva que ellos.
Los James Bond de celuloide están en otra. Colocan “chupetes” y no saben o no se dan por aludidos que a esos “chupetes” se les colocan “antichupetes”... o bloqueadores de chupetes.
No saben cómo se hacen las cosas serias, salvo uno -pero para todo no puede- que sabe realmente este “oficio”.
Más perlitas:
La banda de los “trapitos” hace “tierra de nadie” en cualquier esquina del centro de la ciudad, con el amparo policial por un lado, la no sanción municipal por el otro y una justicia ausente con aviso.
Tenemos zona roja en Palermo, donde los vivos de clase social media y alta van a retozar con sexo oral dudoso, en un territorio donde se podría aventurar que es el templo del HIV.
Con un terrorista chileno que, amparado por el gobierno argentino, asiste a un acto oficial donde concurren “funcionarios” que son realmente ex colegas de Albarino Apablaza... porque fueron tan terroristas y asesinos como él.
Es larga la lista y notables los historiales individuales.
Deseo aclarar que, particularmente, jamás me subordinaré a un poder político como éste.
Por eso me encuentro al margen de mi trabajo, por demás profesional, al que he sabido honrar con toda honorabilidad, teniendo a la patria por delante y un apellido limpio y puro sobre mis espaldas.
No obstante, la actividad privada supo confiar en mí, hecho que agradezco profundamente, pues me lo brindaron sin que haya yo pedido nada.
Y la frutilla del postre.
Las palabras del Pepe Mujica, Presidente del Uruguay, en el día de ayer, dan por tierra definitivamente con algún acercamiento que no fuera protocolar con el vecino país.
“Los argentinos son una manga de ladrones, dijo Batlle. El problema es que hay que pensarlo, no decirlo”.
El prohibir la entrada de Julio Cobos, vicepresidente argentino del actual “gobierno”, al velatorio de Kirchner, es un acto imposible.
“No existe en ninguna parte del mundo” sentenció el Pepe Mujica.
Ergo, en esta Argentinita vergonzosa, inexistente, rica naturalmente y pobre moralmente, indefensa, gobernada por el palabrerío asqueante de Aníbal Fernández y la mitomanía encarnada en todos los que ostentan el poder cada vez más transitorio, con la prepotencia maloliente de Hugo Moyano y sus “cuban boys” y con varios especímenes, que “piensan hoy y en voz baja”, en qué lugar del mundo terminarán sus días de oprobio.
Son los mismos que heredaron visceralmente la “inmortalidad” la “soberbia” y la omnipotencia” de Néstor Kirchner (q.e.p.d., si puede).
Todos los argentinos estamos cabeza abajo, con una presidente que vuela invertida sin ser piloto, casi a ras del suelo, sin un antiguo cuadrante o GPS donde pueda dirigirse con exactitud, de noche, con niebla y con la aguja del liquidómetro que marca casi cero.
El pronóstico en ciernes es un “tortazo” terminal y no hay cuarenta millones de asientos eyectables que, en esa posición de vuelo, no servirían para nada... donde unos pocos privilegiados los sabrían usar sólo con elevarse, llevando el bastón de mando hacia adelante, logrando una lógica posición de vuelo recto y nivelado para llegar a destino como corresponde, en una sola pieza y a horario.
Pero no es así. Es todo lo contrario.
En la Argentina K, no existe ni el honor, ni la honra ni la dignidad.
Sólo se vive en medio de la improvisación de la mentira y de la demagogia, sin inteligencia, sin moral y bastardeados por la corruptela gobernante.
En definitiva, que estamos inmersos en una emergencia nacional de tal magnitud, que podremos llegar a morir como país, debido a que dejaremos de existir por una cruel y letal sobredosis de realidad.
¿No les parece?
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