sábado, 10 de abril de 2010

LOS SEPULTUREROS DE LA REPUBLICA

"Constreñidos a vegetar en horizontes estrechos, llegan hasta a desdeñar todo lo ideal y lo agradable, en nombre de lo inmediatamente provechoso.

Su miopía moral les impide comprender el equilibrio supremo entre la elegancia y la fuerza, la belleza y la sabiduría”.

Jose Ingenieros

Hay algunos temas en cualquier novela, que son demasiado horrorosos y repugnantes para ser objeto de una obra de mera ficción.

Los avezados novelistas deben -sin dudas- tratar de evitarlos, si es que no quieren ofender o desagradar.

Sólo se tratan con propiedad esos temas cuando lo grave y lo majestuoso de la verdad los santifican y sostienen.

Nos estremecemos, por ejemplo, ante los relatos que cuentan el paso del Beresina, del terremoto de Lisboa, de la peste de Londres, de la matanza de San Bartolomé o de la muerte por asfixia de los 123 prisioneros en el Agujero Negro de Calcuta Edgar Allan Poe, en su estilo provocador y escatológico escribió en 1850 una novela que es verdaderamente repugnante “El Entierro Prematuro” (The Premature Burial).

Es un tipo al que lo entierran vivo.

Y los sepultureros se ensañan.

Los detalles son de un parecido escalofriante con lo que nos ocurre hoy a todos los argentinos.

¿Quiénes son nuestros sepultureros?

No necesito aclararlo.

Son ellos dos.

Para la gran sepulturera, resulta que ahora… el impuesto al cheque es "distorsivo".

Pero ¡qué raro!

¡Apenitas el año pasado, ella misma aprovechó la mayoría residual que le quedaba en ambas cámaras para prorrogarlo por dos años!

Era de vida o muerte.

Para no ponerse verde de la indignación o de la vergüenza metafísica hay que resistir la tentación… y mejor no revisar la versión taquigráfica de las sesiones en las que el oficialismo argumentó a favor de la prórroga.

No es una novedad que los 2 sepultureros y todo su entourage de la caterva… carecen por completo de apego a la ética.

Ni hablemos de la conciencia crítica o de la racionalidad lógica.

Ambos niegan y reniegan las realidades que obstruyen sus objetivos.

Con sus palas al hombro… para ellos no hay inflación sino "corrección de precios".

Peor aún: 6 mil millones de dólares son una "anécdota".

Pero claro, si cualquier viandante les solicita que los distribuyan, de inmediato lo tildan de destituyente o golpista.

En verdad, los dos sepultureros, dicen cualquier pavada sin sonrojarse, porque las palabras les parecen un juego inservible.

Para ellos sólo cuenta el dinero y los hechos, argumentos (en cheque) más eficaces que cualquier prédica.

Se les ha empezado a complicar el país.

Y frente a esa realidad, ni siquiera es posible expresar hoy la famosa frase mediocre: “Ojalá… que todo se arregle”.

Las complicaciones que van aterrizando lo hacen en forma consecutiva y de la mano de la dura realidad (esa realidad a la que no se le quiso dar la razón en su momento).

Y no son de ningún modo unicausales.

No es el atisbo de inflación que se les deslizó como un virus y que tratan hoy de controlar en modo torpe, infantil y absolutamente artificial.

La enterraron viva.

No es tampoco la pobreza ó la indigencia cuyos índices fabricados por ellos mismos, se distancian cada día más de la verdad.

Las enterraron vivas.No es la intranquilidad social de las clases bajas que pueda ampliar su perímetro… por esta contaminación de precios.

La enterraron viva.

No es tampoco el rebrote de la protesta social en los piquetes o en los paros que se tratan de conjurar cada media hora en despachos del Ministerio de Trabajo, con promesas o con cheques.

Lo enterraron vivo

El problema es toda la estructura del Estado.

Es exactamente eso lo que nos han avisado con enorme pena y con un diagnóstico temprano, la totalidad de los economistas del mundo.

Es un “todo” que falta hacer en el país.

Y es la nada que yace impávida por lo erróneo, por lo mediocre, por lo efímero y por lo improvisado que se ha hecho.

Por el entierro de cadáveres que aún patalean.

Es la base del Estado… que nadie ve… pero que allí se puede ver como empieza a tambalear seriamente…sin que nadie atine a conmoverse por la carcoma sutil de todas las instituciones republicanas.

Es la vergüenza metafísica… irradiada desde el poder a través de su repugnancia por el capital, por la inversión y por el lucro ó la rentabilidad.

Es su apuesta temeraria… por mantener la incertidumbre.

Es la catalepsia increíble en la que se halla la seguridad jurídica y es también la extinción del estado de derecho propiciada, estimulada y fogoneada desde el propio seno del Gobierno.

Son mil factores encadenados, diseñados con paciencia por estos artesanos de la demolición de la República.

Sepultureros de seres vivos.

El estancamiento y la parálisis de la multitud de reformas estructurales pendientes e imprescindibles que está fomentando una conducción, tan embelesada como un narcisista en el espejo.

Anestesiada por los vapores de un poder acumulado que todavía le permite someter a propios y extraños.La educación pública subsumida y postrada, la vergüenza por el esfuerzo profesional propio y el horror por la sospecha de pensar diferente.

La cultura de la dádiva en lugar del valor por la excelencia y el mérito.

Es algo esencial, “de fondo”, que ya no puede quedarse enmascarado eternamente.

Sacará una mano de la tumba y les agarrará un tobillo.

Y trastabillarán.

Una especie de septicemia que se propaga sin pausa con el incentivo permanente de la dirigencia del poder ejecutivo… para que todo dependa solamente de sus designios y se sufrague con la “caja”.

Ni siquiera la puja preelectoral para el 2011 debería ser responsable de ningún sobresalto si acaso estamos en condiciones normales.Esa puja sería totalmente inocua en un Estado sano.

Aquí no.

Aquí pone al desnudo el desquicio del sistema que les brinda espacio y andamiento… convirtiéndose en una danza obscena… que lo único que logra es profundizar la repugnancia por toda la dirigencia política.

Resulta entonces, que las condiciones básicas para que el escenario de corto plazo se complique todavía mucho más, están dadas en todos los órdenes del Estado.

Y la velocidad con que eso tenga lugar, no depende en absoluto de nada que pueda hacer la ciudadanía, toda vez que se han puesto a andar las cosas hacia direcciones impredecibles que van a devenir sólo del rumbo de la mediocridad que nos imponen.

Antes bien, ese es el único rumbo que conocen hoy… quienes están conduciendo la sepultura de la Nación Argentina.

En medio de ese torbellino, casi como un tábano sin cabeza, allí está girando la presidente, yendo a rodar en unas horas por Washington… sin ningún plan y también sin el menor objetivo serio, creyendo que hay que “agredir para agradar”.

Mañosamente, ella ha hecho varios intentos extravagantes de explicar a quienes tuvieron la amabilidad de escucharla, cuál era exactamente el conjunto de parches implementados para resolver la imprevisión terrible de los actuales escenarios.

Les dice a todos, casi admonitoriamente, que necesita sus inversiones mientras, al mismo tiempo, consiente en que se apriete a los empresarios inversores de igual bandera que ya están instalados en el país.

Un ejemplo tan ingenuo y brutal de hipocresía que deja a todos en estado de perplejidad.

No le creen un bledo ni le creerían tampoco con cualquier garantía.

Las herramientas de la recaudación son… todas… de una artificialidad casi teatral, a base de varios impuestos distorsivos y confiscatorios, aplicados sobre todo aquello que luzca transitorio, perecedero, incierto y coyuntural.

La caja se venía llenando con superávit y esa alegría, aunque artificial, no alcanzó para convocarlos jamás a la mínima prudencia del ahorro.

Es que había y sigue habiendo… muchas bocas que tapar, algunas con comida, otras para que no opinen, y otras para esclavizarlas, razones por las cuales era preciso hacer cheques… a diestra y siniestra.

El gasto público no mereció jamás el más mínimo recorte y la imprenta de billetes funciona día y noche bastante bien a efectos de tener el dólar en los niveles de utilidad para seguir cobrándole retenciones al que exporte.

El oxígeno artificial para llegar a las elecciones 2011 no es muy difícil de lograr para este Gobierno frente a una ciudadanía completamente ajena e ignorante de todo el escenario de improvisaciones que se ha elegido transitar.

Seguramente enmascarados en las encuestas de su propia cosecha, no han de temer en absoluto seguir andando así… a los tumbos y sin plan.

Sin contrapoderes… con su capricho plebiscitado y más cerca ya del final que del principio, no habrá pues, problemas para seguir improvisando de la manera más aleatoria y antojadiza que se cuadre.

La irresponsabilidad colectiva es sin duda la esencia para que florezca el totalitarismo.

Acaso debamos seguir viviendo así durante muchos años al acecho…

Observando con impavidez como entierran nuestras instituciones aún con vida… revolcándonos una y mil veces en el barro de sucesivos desencantos, mirando con perplejidad el burdel de estos sepultureros gobernantes y sus cajeros.

Viendo como los aventureros del cementerio llegan en oleadas al poder sin la menor noción de respeto por su propia dignidad.

Acaso jamás llegaremos a vernos a nosotros mismos con alguna virtud o con la más pequeña gallardía.

Somos quizás, expertos en el arte suicida de la resignada pasividad.

Y en la manía de preferir, primero que nada…Borrar culpas… que dar batalla.

Y así habremos de ver… empantanados en otro nuevo desencanto, que… en realidad, nos faltan varias generaciones, casi toda una vida… para encontrar la clave que nos permita salir de la vergüenza.

Lic. Gustavo Adolfo Bunse

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