jueves, 11 de agosto de 2011

LA JUSTICIA SE TOMA VACACIONES HASTA QUE ACLARE

Los resultados de las primarias definen la suerte de las investigaciones por corrupción.

Los recientes escándalos judiciales que tuvieron como protagonistas a Sergio Schoklender, Hebe de Bonafini y el ministro de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni quedarían paralizados en tribunales a la espera de los resultados de las primarias.

Es que los jueces federales variarían su tratamiento de los expedientes según se den los resultados que reconfigurarán el escenario electoral.

En el caso de que CFK llegue a cerca del 40% y Eduardo Duhalde dé un salto próximo al 25, lo que descontaría que habrá ballotage, es probable que los casos de la corrupción K se activen cada vez más.

Lo mismo ocurriría si Alfonsín se destaca quedando a pocos puntos de distancia de la presidente para octubre próximo.

Las otras variables


A la inversa, si Cristina consigue un triunfo holgado que la arrime al 42% y el segundo puesto queda empatado entre Alfonsín y Duhalde en el orden de 15 puntos, lo más probable es que los expedientes de la corrupción sean cajoneados por lo menos hasta el 23 de octubre.

O quizás jamás progresen las investigaciones.

De este modo, los 765 millones girados a la Fundación Madres de Plaza de Mayo se habrán evaporado definitivamente de un modo similar a los fondos desaparecidos de Santa Cruz.

Quedará sí el testimonio de los obreros de la construcción de las obras correspondientes al programa Sueños Compartidos, que producen a diario incidentes, intentando cobrar sus sueldos, sin que el gobierno les page.

A todo esto, se da por descontado que el parricida solicitará ante la justicia su sobreseimiento

En cuanto a Eugenio Zaffaroni, su amenaza de concurrir a la Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados está lejos de concretarse y da la impresión de que no tiene ningún interés en aclarar el punto clave de su situación, o sea, cuánto recibe en concepto de alquiler por los 5 ó 6 departamentos utilizados para la prostitución.

Ayer, en un programa de televisión, la periodista Cinthia García sostuvo que el alquiler cobrado era de 1.500 pesos por departamento, lo que demostraría prima facie que Zaffaroni no tenía idea de lo que pasaba. Sin embargo, lo correcto sería que el propio Zaffaroni aclare el punto.

Aunque es difícil que el tema concluya, porque hay quejas con antigüedad de dos años sobre los problemas del uso de los departamentos en cuestión, que fueron desoídas por Ricardo Montiveros, el hombre de confianza del juez, que no se sabe si se le comunicaron en su oportunidad las quejas.

La conclusión no deja de ser lamentable pero lo más probable es que sólo se esclarecerían los escándalos de corrupción si el gobierno nacional pierde las elecciones presidenciales, cosa que está por verse todavía.

Guillermo Cherashny